sábado, 21 de enero de 2012

Después de aquella primera toma de contacto con el fondant, todo evento, sobretodo cumpleaños, era la excusa perfecta, para llenar la cocina de nuves y azúcar glass y elavorar esa masa tan dulce que a mi terremotillo le encanta.

 aqui os muestro aquellas tartas, elavoradas sin apenas herramientas, pero con muchas ganas de sorprender.


 a partir de entonces colorantes, aromas y cortadores empezaban a buscar espacio en mi cocina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario